El minuto cinco de tu despedida

Y aquí estamos, en este nuevo día cinco, con mi rabia y mi dolor.
Aquí tienes tu poesía #AzulRuna

De ningún astro ahora me puedo escapar,
desde tu derretida ausencia
en mi casa
en mi muro y en mi ventana,
de ninguna tierra me he podido arraigar.

A ti vuelvo en cada nuevo clima
en cada atardecer
en cada hoja caída del cielo por la lluvia torpe.
De cada situación te saco
te alimento y me descubro desnudo y con frío.
De cada sol
descubro el intento que hago por olvidar
y fallo,
a tu presencia siempre estuve habituado,
y fueron más de una vez
que tu boca me dio de comer y tu copa de sangre
se chorreó en mí
como el agua bendita en las encinas del mundo.

Yo que siempre me he sentido extranjero
incluso en mi propio cuerpo,
pero tu
naciendo en épocas violentas,
naciendo en los parques y en los muros,
siempre.
Desde un puente nos lanzamos
a gozar de un solo minuto de vida existencial.

Busco ahora un país inocente
y un nido para posar mi ternura recién descubierta.

En la noche del cinco de cada mes y de cada luna
una entera vida mía se acostaba a tu lado
dormía,
había un corazón masacrado pero sano,
salvo y amado,
tendido a tu costado
con tu boca de miel vuelta en sí misma, vuelta al plenilunio
con el voraz incendio de mis vertebras,
con tu penetrante olor
con tu incesante llamado pirata y amor
yo me esparcía en tu silencio
y te escuchaba crujir,
como la ola cuando choca contra el faro en la noche azul.

Y en mi acostumbrado silencio te escribía cartas
llenas de pelusa y escombros dudosos de mí mismo.
Nunca las entregué.

Alguna vez dije
“si me acompañas compañero, me aferro a la vida”
Ahora nunca me he sentido aferrado a la misma.

Sentados frente al fuego que envejece, tras mi llanto tonto
miro tu rostro sin decir una palabra,
miro el jardín y tu primer árbol nacer desde el centro
y me siento yo mismo nacer desde el centro.

Este es el mismo clima que descubrimos juntos,
y le rezamos al fuego por tu ancianidad y la mía
y danzamos juntos en la noche de las piezas,
nuestra sombra era movida por las llamas.
Ay, si yo pudiera encontrar una palabra ahora.

Es el mismo incienso con el que te llamo ahora,
aún cae una gotera en mi alma,
aún no me llego a describir ni a inventar como lo hice contigo.

Aún tú vives más que yo.
Si, esta es la misma vida que dijimos “juntos".

Yo aún me lleno de cerezos.
¿Tu aun guardas el fuego que no envejece?

Si pudiera regresar a descubrirte,
a conocer tu ancianidad, y tu golondrina oscura en tu sexo,
si pudiera gritar que sucedió con el mundo;
si encontraría quién apagó tu soplo
a los ocho años igual que a mí.

Quisiera saber porque sigo soñando en la vela,
en el incienso,
en la gota de humo que se desprende del cirio
o en la carne
y en el hueso del amor; si pudiera
mezclar tu ruido
con mis dientes y mis encías
me iría de caza mañana cerca de tu mirada
y con ese disparo atacaría mi razón y a la lluvia.

Si pudiera decirte tantas cosas
no te dijera ni una;
soy el sordo remar del capitán y la ola
y soy ese último puñado que se lanza al ataúd.

Si pudiera despertar en la mitad del alba
y encontrarte desnudo,
seguirías nítido?

Si pudiera recordar tu manera de bailar en plié;
la manera
de jugar con tu pelo en plena orgía de abejas;
la manera
de soplar mi diente de león en la esquina;
la manera
de tu cuerpo ascendiendo sobre el mío,
la manera
de ponerte feliz con una noticia poética mía.
Si pudiera recordar eso
te prepararía el desayuno. Dormiría en tu mano.

Porque siempre vuelve tu rostro, siempre.
Siempre hay un chubasco de arena
y en lote de nubes sobre mi casa anunciando con lluvia
tu presencia,
siempre los capulíes me llenan el alma
como tú lo hacías.

Silencioso te asomas como un oscuro sol
en las ventanas,
como el colibrí tierno de mis domingos en la flor de la mora.
Tu cuerpo recorre mundos blancos
perdido en la fiebre de las aplicaciones móviles.

Siempre por el patio asomas
a buscar el rostro de alguien que no soy yo.
Dime, ¿aún sigues enojado conmigo?
Oyes eso, es un chubasco,
es la cascada de nubes pronunciando tu nombre una vez más.
Y se vuelve a escuchar la lectura de mi poesía
y tu nombre vuelve a aparecer
como el cuento de la madre a la niña;
un rayo de sol se queda encerrado entre tú y yo.

La esquina de la escalera de tu casa
aún guarda mi aroma
y mi sombra leve.

El sueño no se recupera.
Tampoco las conversaciones a media noche,
ni el sexo salvaje en el crepúsculo,
aún la mitad de tu alma
despierta pasiones en mis viejos cuadernos.

Mis cuentos a los ocho años ya llevaban tu partitura dulce.
Esta voz mía cruza las nubes,
esa voz que nunca conocí y que ahora la invento.

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madre mía, cómo escribes… :hugs: :hugs: :hugs:

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es la forma de expresar un sentir, muchas gracias

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Maravilloso ese cruce de esquemas, donde el paisaje interior instiga a la melancolía y el externo al coraje. Noté una impetuosa vehemencia en mitificar la ausencia del sujeto, quizás eso extienda el sentido epico del poema.
Aplausos @isaac.freire.uce . Por tan excelente ejecución.

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exacto amigo, todo el poema se resume en la ausencia. Gracias por leerlo

Estimado Isaac, que increíble poema!!!

Lo he leído de un solo tirón sin respirar ya que este es oxígeno puro.
Tiene una riqueza tremenda de sentimientos, lugares, recuerdos, abundan las metáforas, lo íntimo está perfectamente ensamblado y universalizado. No dejas caer el ritmo, no le encuentro lunares de tedio.
Los recuerdos, el ancla de la poesía, el pivote, excelente.

Mi más sincera admiración y felicitaciones!

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Entrañable !!! :clap: :clap: :clap: Intenso, muy buen poema !!

Saludos,
:hugs: :hibiscus:

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Largos son los minutos en la ausencia. Bellísimo. Felicidades :clap: :clap: :clap:

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Un poema maravilloso de ausencias, que se traduce en una infinita melancolía. Todo lo que podríamos hacer para conservar un amor que ya no es mas.

Genial tu poema. Saludos

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"
no hay lugares de tedio" qué buen comentario, gracias por leerlo y pasarte por mi mesa, un abrazo fuerte. A veces tengo miedo de escribir demasiado largo por el cansancio del lector o algo así, pero me anima.

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Gracias a ti inmensas por leerme y comentar, un abrazo

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y largos los días también. Hay un poema de Neruda que dice “largos los días y los trenes”

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Exacto, todo lo que hacemos para conservar un amor que ya no va más. Gracias por leerlo

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No te preocupes por los poemas extensos mientras se sostenga la intensidad. Acuérdate de “piedra de sol” de Octavio Paz, de 584 versos endecasílabos.
Saludos.

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Si, claro, pero tengo miedo de la intensidad, de mi parte mis versos y poemas son extensos, y claro que me acuerdo de la obra de Paz, de hecho es junto a “Walking Around” mis poemas de cabecera

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lindo no, lindisimo.
Felicidades

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Muchas gracias por leerlo¡