El Mejor Oficio del Mundo

Con perdón de los lectores una historia he de contar, de un grupo de oficios que quizás, no has tan siquiera de recordar …

Había una vez un embrollo,
entre los habitantes del bosque.
El lugar más mágico del mundo
repleto de cuentos, poemas
y mucha imaginación.

Por un absurdo dilema
todos comenzaron a discutir:
¿Qué si aquí? ¿Qué si allá?
y nada los llevaba a remendar
el barullo que tanto problema, les da.

Resulta que Don Caimán
decía tener el mejor de los oficios
y pregonaba todo el día
su flamante labor de vendedor de lotería…
"¡Pegarle al gordo!
¡Lleve su ‘cachito’, es para hoy

más tarde será tardecito!"

Doña lechuza, no se quedaba atrás…
Ensalzada de pasar los días,

lava que te lava en la batea.
Le gustaba conversar
con las otras lavanderas
y presumir de sus blancos trapos
solo posible, por supuesto,
con los secretos del sol
y el buen uso del jabón.

Un Tocororo habanero
también se metió en el lio
y dijo con gran orgullo
“¡Galleta, galletero!”,
“!Aguacate, aguacatón,
para todo el familión¡"

Fue tanto el alboroto
que a lo lejos se escuchó
al ropavejero, un oso
que venía con su carrucha
vendiendo trapos y cosuchas:
¡Cacharrero, trapero, botellero!
Si ya no le gusta yo se lo llevo
por poco dinero, así no más… pues…

Se fueron sumando
mas oficios al dilema:
¡El afiladóoor!
¡Cuchillos, navajas que afilar
para sí gusta cortarrrr o destripaaarrr!;
¡allá viene el zapatero
remendando huecos y agujeros!
o conozcan al bolero
dando esplendor al zapato
y lustre a la boleada:
“¿una boleada, patrón?”

Mientras todos discutían
defendiendo lo indefendible
se les acercó Don cuervo
y pidió atención:

Los oficios de este reino
son todos importantes;
que haríamos sin un buen cristal
para mitigar el frío
de no ser por el Don Ciervo el cristalero
que los fabrica con esmero;
o talvez, que podríamos hacer,
sinos faltaran los dulces
de la mano de nuestros
dulceros y reposteros.

Les Pregunto, ¿Yo no sé?

Si no extrañarían los buenos trajes
del sastre Don Elefante
-un orgullo de toda esta región
y envidia de otras… -

Los gustosos vinos rojos,
las sabrosas comelonas
y los santiguados para “el mal de ojo”
de Doña Jirafa Ruperta
que en el nombre del Señor
reza, santigua y ruega.

AI rico bombón helado,
únicamente en Santander
por el amable Guartinaja:
"¡Medio litro de helado
por tan sólo dos mil pesitos!"
¡Si señor!

Todos tienen su color
y ese toque peculiar
que nos brindan solución
a cualquier aprieto o penuria.

Los oficios compañeros
tienen valor cultural,
una tradición familiar
y un legado nacional;
y lo bueno, en este cuento
siguen siendo especiales
para toda la comunidad

y todos sus locales.

¡Que se los digo yo!

El pregonero de toda esta región:
Extra, extra… ¡Compre su diario hoy
que pa mañana ya es pasado
y este cuento se acabó!

Autora. _ Oneida Pérez “Ofly”
Blog. _ “Lacitos de Azúcar Poemas de Miel”
©Derechos Reservados

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