Punteando en la proa del aurígeno bajel
tallada en marfil
y pulida en la satinidad del alabastro membránico
—ese, que de transparente deja ver las venas nobles… aristocrateadas—
como el filo de un arado
que va hendiendo el mar
nos preside ‘la celestial’ Urania
marcando las millas a zancas del compás
trazando la ruta en su globo terráqueo.
No hay lugar para el equívoco…
cuando una musa persuade los pasos.-
Mientras leía tu respuesta, me iba imaginando la escena: tú… leyendo la pantalla en la computadora y luego —cual estudiante de la Biblia— abriendo el diccionario para buscar la palabra rara je, je, je
¡Lograste arrancarme una sonrisa cómplice! (¡gracias!).