Respiramos el aire de la parca,
viendo el color negro de la muerte,
el bosque no quiere morir todavía.
Cuántas sombras
bajo un sol abrasador,
árboles llenos de vacío
abandonados por la vida
deambulo un tenebroso silencio
y hasta los pájaros participan,
macabro ritual de mutismo.
Hoy con ellos
fallecí un poco más.
En este lienzo desolador
¿quién prendió los pinceles?
En mi aflicción lágrimas
riegan el suelo,
y jamás lloverá,
el cielo aun llora;
cenizas,
olor a tierra quemada.
¿Qué bosque va a recoger ahora mis pisadas?
¿Dónde voy a recogerme cuando
tu tranquilidad yo necesite?
¿En qué madera voy a escribir a mis amigos?
¿Dónde los recordaré ahora que ni vida hay?
Todo negro,
todo humo,
y dolor.
Ya no podré recomendar a nadie
disfrutar de tus senderos.
Tu paz,
tus vistas,
tus verdes pinos
¿dónde están?
Entre la belleza silvestre de las fresas en flor;
aromas a romero y tomillo.
Y en tu mansedumbre,
¡ay!, montaña,
imaginar tumbado
y que el tiempo nunca pasaba
… sin ella a mi lado.
Todo se rompe en la ausencia. Muy hermoso. Saludos cordiales.
Qué maravilla
!
Qué gran poema, Manu!! Todavía se huele el humo del incendio que asoló esos bosques navarros y otros más, como el de la Sierra de la Culebra…
Tus versos son lágrimas negras que llora la tierra. Qué bien has expresado ese dolor!
Cuando el bosque se quema, algo nuestro se quema también…
Abrazos fuertes, amigo!
Cierto, Sinmi.
Los bosques son imponentes en todos los aspectos, magnifican la belleza en todas sus formas, nos transmiten su energía, pero a la vez son tan frágiles que de un plumazo los dejamos muertos, sin vida, sin nada…
Es la tristeza de lo efímero lo que se respira.
Un abrazo!!
Gracias, Tali.
Aprovecha el fin de semana que se nos termina.
Has pintado un cuadro desolador de esta tragedia que se repite cada verano.
Pero lo has pintado muy hermoso
Buenos días, querida amiga.
Es mucha tristeza la que permanece cuando prácticamente iba allí varias veces por semana. Tardaré tiempo en volver porque en mi regreso traje conmigo una mochila de malas sensaciones que me va a costar abandonar.
Reconfortan tus palabras, María.
Un fuerte abrazo infinito!!
Sí, es lo mejor! No ir por ahora y sentir esa negra desolación…a mí me llega al alma.
Buenos días, Wallacere.
Ojalá no haya que pintar más cuadros de esos. Ojalá los versos salgan siempre de corazones llenos de alegría, de amor y del cariño que nos une a las buenas personas.
Esta vez ha sido ausencia, como tu mes. Ya tú sabes, estimada amiga.
Gracias por tus palabras siempre.
Apuntaremos este fin de semana en la lista de los que no me han gustado. Te abrazo
Queda el domingo, para la esperanza