Se han muerto tantos días,
tantas liturgias, tantas ceremonias
a las que nunca fuimos invitados,
que sólo queda el trámite
del fuego y del olvido,los gastados
testimonios del tedio y del fracaso.
Sin argumento, la obra
naufraga entre ceniza y desvarío,
exhalando el perfume
de risas que han prescrito,
de infiernos devastados,
de adioses moribundos sin memoria.
Sin embargo, en el último momento,
una imagen, un eco de otro tiempo,
nos dice que la vida pudo ser,
que ese mágico instante
ha llenado de luz la oscuridad.
Y lo pienso, Dios mío,
invocando el milagro de otro sueño,
de aquella honda certeza,
de esas palabras que alguien pronunció
en una madrugada que nunca acaba.
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Es un hermoso poema, José Antonio. Saludo cordial
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Un rayo de luz puede invadir de pronto la oscuridad, sólo por eso, mereció la pena la vida que va quedando atrás…
Hermoso y lleno de profundidad!
Buen día, José Antonio.
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Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
Ese instante es el que nos mantiene vivos. Muchas gracias. Feliz fin de semana.
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Buen poema compañero. Me ha gustado mucho…
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Muchas gracias por tu amable comentario. Un saludo.
Brutal!!! 
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Muchas gracias. Me alegro que te guste. Saludos.
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