El ímpetu y la calma

Un mandato me fue dado
navegar por aguas bravas
sorteando sus derivas
cual jenízaro entregado
a un duro timón atado.
Simulaba valentía
mis lágrimas reprimía
escondía mi flaqueza
con semblante de entereza
¿cuánto tiempo aguantaría?

Fue al llegar a mi destino
tras tantos años de viaje
ya sin apenas coraje
me vi igual que un peregrino
que había errado el camino.
Y al abandonar mi nave
las lágrimas que contuve
rodaron por fin liberadas
como prendas rescatadas
por la paz que nunca tuve.

4 Me gusta

Hermoso tema y exquisita la forma de estas décimas, @apina . ¿Feliz 2025!

Un poema con fuerza de confesión que humaniza la lucha interna.

Gracias, Edel Vicente, por tus amables palabras.
Igualmente te deseo un venturoso año nuevo.

Gracias por leer y comentar mi primer poema del nuevo año.

1 me gusta

El mandato de la vida. Buenas décimas para empezar el año.

Muy amable, Rafael. Gracias por tus palabras.

1 me gusta