El hombre,
ese pobre pajarillo,
con hambre, con sed,
¡Tan solo!
Arañando agujeros de la nada
siendo el mismo polvo y nada,
queriendo mostrar su duro caparazón,
pero siendo solo un pequeño pajarillo
podre, frágil, e indefenso.
Vuela y vuela,
solo por volar a veces,
canta, vuela y duerme,
y otra vez lo mismo.
Buscando alpistes de amor,
buscando un árbol que el de verdadera seguridad,
busca siempre
ese algo que le sacie el cuerpo y el alma.
Pajarillo
un día te irás de este mundo
sin alpiste,
sin árbol,
sin amigos pájaros,
solo, solo, te irás.
Edith Elvira Colqui Rojas