Hoy, hija mía, en el bus,
casi he visto al hada flora
y al duendecillo zumbón.
Fue detrás de una paloma,
pero no.
Parecían como un brillo
que formara un arco iris
y el ruidito del zumbón,
en la flor de una amapola,
pero no.
Mucho, mucho ya estudié
para ser un pajarillo
y cazarlos de rondón.
Siempre, casi lo consigo,
pero no.
Ahora que conozco el sitio,
el descuidado me haré
mirando de refilón;
haciendo como que miro,
pero no.
Porque siempre al hada flora
y al duendecillo zumbón,
desde chico que los pillo.
Pero no.
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