En el gran reloj del tiempo
hay horas formales,
esas que son exactas y puntuales,
que su tic-tac, tic tac
es el llanto de un segundo,
el quejido de un minuto,
que en su campanada
lloran las lágrimas
de las horas que pasan
dejando la verdad que amas,
la mentira del espectro
viviendo en el viento.
También hay horas informales,
esas que de lo exacto pasan
jugando a ser impuntuales,
donde los desinhibido hace gracia,
donde la mentira es una burla
que esconde una tragedia
disfrazada en risas
y sonrisas que se mofan,
sin saber que Tragedia
es una profunda herida
que rasga el alma
sangrando la bilis de la rabia.
En las horas formales e informales,
que el reloj del tiempo cuenta,
en su esfera de blanco nácar
gira la geometría invertida
de las luces y las sombras
sobre el movimiento
del hombre que camina
con sus pesares a cuestas,
haciendo que los instantes
de los momentos
sean un rompecabezas
incompleto.
Bonito poema… Lo primero que me viene a la cabeza al leerlo es “tempus fugit”. Tus versos capturan de manera magistral la fugacidad del tiempo y la manera en que este moldea nuestra existencia. Me fascina cómo utilizas la metáfora del reloj del tiempo, la esfera de nácar blanco y la geometría invertida para transmitir una imagen visualmente impactante.Tu poema es una invitación a contemplar y apreciar la vida en todas sus facetas, y eso es algo verdaderamente hermoso. Gracias por recordarnos la fugacidad y la riqueza de cada momento que vivimos.
¡Un saludo!
Gracias, gracias. Tus palabras me sobrecogen y me dan esa fuera para seguir escribiendo cada día tratándolo de hacer mejor en la búsqueda de esas palabras, de esos giros, de esas metáforas que den vida a lo uno siente y que sirva para describir la realidad oculta por el caos de la sociedad, y que las mismas sirvan para quien las lea en el aspecto que sea en su interpretación.
Buen día y saludos de , un abrazo.