Se cuenta que en frío día
un pobre humano al sol dijo:
“Mil gracias por tu cobijo,
mi cuerpo ya no lo sentía”
A su suerte la maldijo
porque no lo protegía
y al cruel clima imprecaría
pues de Dios también era hijo.
-¿ A quién prodigios exijo?
él furioso repetía:
-¿Será solo culpa mía
existir sin regocijo?
Quejarse no serviría
mejor mi andanza corrijo
si cambiar mi vida elijo
tal vez ya no sufriría.
¡Te atormenta la pobreza!
Su conciencia lo culpaba
el eco le retumbaba
dentro de senil cabeza
no hacer nada es vil flaqueza
el deber lo ajusticiaba.
Él luego se preguntaba
-¿Cómo me hago de riqueza
si carezco de destreza?
Mi denuedo desmayaba
mi vida se terminaba
se agotó mi fortaleza.
Se cuenta que en frío día
un pobre humano al sol dijo:
“Mil gracias por tu cobijo,
mi cuerpo ya no lo sentía”
A su suerte la maldijo
porque no lo protegía
y al cruel clima imprecaría
pues de Dios también era hijo.
-¿ A quién prodigios exijo?
él furioso repetía:
-¿Será solo culpa mía
existir sin regocijo?
Quejarse no serviría
mejor mi andanza corrijo
si cambiar mi vida elijo
tal vez ya no sufriría.
Qué bonito poema. Casi parece un cuento.
Felicidades Prof. Mucio
Gracias, estimado Alejandro.
Cierto estás. Es un poema con una narrativa que cuenta el frío mundo de la pobreza.
Aprecio tu grata visita y tu ameno comentario.
¡Saludos afectuosos!