Difícil ver volar al ave en llamas
y menos fácil irse trás su rastro,
que deja luz fugaz y aquí este basto
poeta, amor perdido en pos de nada.
Morir, después surgir; mirar que se hagan
cenizas otra vez los bellos astros.
Inútil para mí, que no renazco.
El Fénix vuela en fuego y yo sin alas.
Muchas gracias mi apreciada poetisa. Terminé sustituyendo ganas por alas para darle un mejor sentido. Siempre es un gusto recibir tus bellos comentarios. Un gran saludo.