Desplegando el escudo del silencio
a veces no me siento muy seguro,
por si acaso me meta en un apuro
cosa que nunca busco ni potencio.
Pues muy a duras penas diferencio
las señales que auguran mi futuro,
quizás porque me voy haciendo duro
y todas mis flaquezas evidencio.
Soy como ocurre al buen autodidacta
experto en levantar robustos vados
contra los cuales al final me choco,
así que cuando a veces mi ego pacta
negociar sus asuntos delicados
podría lamentar cualquier sofoco.