Al echar la vista atrás,
no puedo olvidar el día…
la bandida melodía
del que apuesta todo al as.
Que era chico y muy discreto,
y era necio, por ser chico,
y era más, el pobrecico,
por perder al mal respeto.
«El pesar de hallar la muerte
solo es muerte del pesar»,
o eso piensa… o, sin pensar,
con la vida se divierte.
«No sé a qué le rezo al suelo,
si debió ser lo que fue.
Solo estoy. Solo estaré,
solo hasta al cruzar el velo.
Con razones me rendí…
si la lluvia fue mi abrigo
y en no ser nadie conmigo,
era el cielo contra mí.
Con sentido me caí,
¡sin sentirlo me maldigo!
Por osar hacerme amigo
del enemigo de mí.
¡Muy bien hice, si perdí,
si vivir fue mi castigo…!
Y en no ser nadie conmigo,
fuimos tú y yo contra mí.
¡Muy bien hice, si morí!
Y es muy poco lo que digo:
si jamás seré contigo…
no seré ni para mí».
Yo al echar la vista atrás,
no puedo olvidar el día…
¡la bandida melodía
del que apuesta todo al as!
4 Me gusta