En ocasiones descendemos hastas los infiernos, nos llenamos de un odio viceral que desaparece cuando se curan las heridas de guerras que no hemos buscado, ni provocado y mucho menos hemos participado. Son guerras dónde se pierden cosas materiales, espirituales, de amores, físicas. El tiempo cura los entuertos y ascendemos de la quinta pailas para vivir una vida mejor.
Creo más en los ídolos de barro que en los se creen ídolos de acero, los de barro tienen corazón sensible al agua que simboliza la vida, mientras que los ídolos de acero solo son vulnerables ante el fuego que significa la muerte.—aplaudo tu poema con entusiasmo Martín. Saludos.
Hola, Martín.
Es la primera vez que te leo, no pretendo entender tu hermenéutica, sino opinar como lectora y como compañera de letras.
Del ritmo no diré nada, puesto que es un poema libre no blanco.
El mensaje, original y con buenas imágenes poéticas.
Todavía no sé cómo decirte los versos que más me han gustado, perdona mi torpeza.
Saludos
Mencía