En el aeropuerto
ni una mosca allí zumba,
la moral se derrumba
reinando el desconcierto
y aquel pibe de rumba
no cree sea cierto
que le espera la tumba.
Ante el virus malvado
de contagio fatal
quedaría al final
en casa confinado.
Todo le saldrá mal
solo en el mundo aislado,
mohíno y marginal.