El colibrí que no descansa

El instante derrama un segundo,
entusiasmado desata a la bruma
que enamorada solo te recuerda.

Es sencillo,
el aire siente un vacío
en cada luz que flota
en la existencia de tu recuerdo.

Eres como un escombro
que sobrevive
en un jardín alumbrado.

Ese que se desvanece
en la bruma fría
del holocausto.

Frío voraz
estás de luto,
brasa interior que agonizante
descubre el paraíso.

Calizas ruinas,
temblorosas,
avanza la espesura
de un sueño infinito.

Estás ahí,
observando
sin decir nada.

Con tu cuerpo infinito,
quemante en su latido,
ese que niega el resplandor
de un mundo sin espinas.

Solo sombras de un mundo ciego,
en la ciénega sorda
de una piel desierta y trémula.

Taciturno disuelvo
el tacto de mi amor,
a contracorriente se diluye
el deshielo de mi propia desolación.

Es media noche
es infinito,
entre transparencias te sigo amando.

En la demora de un encuentro
que se desliza
mientras transcurre la noche.

Miradas del viento
en su última batalla,
horizonte que nos dispersa
casi intactos.

Despierta,
abre los ojos,
mira mis manos
llenas de mundo.

Mira el colibrí y su pensamiento,
siempre amanece esperando.

Enlazando raíces de un cielo vacío,
son los pájaros que cantan
en la prisión de un pensamiento.

Yergue la rama quebrada
sobre su propio precipicio,
colibrí que no reposa.

Sigue buscándote
en el reencuentro de uno mismo.

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Muchas gracias por leerlo entre tantos maravilloso poetas.

Buen poema felicidades
El colibrí suele ser un estupendo augurio
Saludos

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Muchas gracias amigo Alfonso @anon91896161
Ahí vamos aprendiendo

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Muchas gracias @Ubik Samuel por detenerte y leer mi poesía.