El colegio

El colegio donde estudié estaba lleno de misterios; en el recreo, compraba golosinas en la tienda y me sentaba debajo de un roble a leer mientras todos jugaban. Ese árbol lloraba. Sentía cómo resbalaban lentamente las gotas sobre mi piel y, cierto día, asombrada, escuché la leyenda que me contó el conserje sobre aquel arbusto. Se decía que había visto muchas generaciones de niños corriendo por las canchas de la escuela. Uno de ellos, temeroso de que el papá lo golpeara por haber reprobado, se ahorcó, apoyado de las ramas del frondoso roble; desde entonces, éste, mostraba sus ramajes ennegrecidos y proyectaba una imagen de anciano que cada día moría dejando derramar su sangre de agua.
La cancha trasera traía consigo otra historia. Se trataba de un jardín olvidado que se alejaba de la vista de todos y el que utilicé, en esos años, como mi refugio. Solía sentarme y ver desde lo lejos cómo jugaban mis compañeros. Detrás de mi confesionario se elevaba un muro que daba al balcón de una casa vieja, donde yacía una anciana de mirada triste que a veces creí, me sonreía. Se balanceaba en su mecedora y miraba a los alumnos correr por la enorme cancha. Una mañana vi que lagrimaba. Quise saber quién era y pregunté al conserje. “Ahí no vive nadie”, dijo muy serio. Entonces miré más allá de lo que mis ojos habían visto. La casa estaba en ruinas, sin techo y descolorida. Era imposible que alguien la habitara. Sentí cómo el corazón me palpitó con intensidad. Regresé muchas veces al jardín escondido, pero no volví a ver a la anciana. Poco después indagué sobre la historia de la casa en ruinas. Según averigüé, ahí habían vivido tres mujeres que estudiaron en la Consuelo Zavala. Una de ellas tuvo un romance con uno de los maestros, quien con el tiempo, le propuso matrimonio. La boda no se consumó pues fue violada por el sacerdote de la parroquia. Ella enloqueció. Se dice que desquiciada, sola y abandonada por sus familiares, murió en el balcón de esa casa. Esas eran las historias que me contaba el conserje de la escuela.

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Maravilloso tu relato, bien hilvanado, con su dosis de misterio que me mantuvo alerta queriendo saber más, muy bien. Feliz navidad

Muchas gracias. Ten una feliz navidad.

Bienvenida a Poémame.

Saludos, Feliz Navidad :smiley: :sparkler: :christmas_tree:

Muchas gracias. Feliz navidad también.