El círculo de la palabra

¡Aaaah! ¡Sí, es verdad! Las palabras viajan en un círculo perfecto de usos y desusos.

Y si en algún momento el círculo se rompe —¡si es que…!— se desinencian ahora en la espiral serpentina de un túnel posibilidades permutadas buscando el sombrío infinito, rayando el surco de una órbita ‘elipsoide’ —emulación de lo perfecto—.

Las palabras nacen y en ese crecer se calientan; luego ellas mismas se asientan y de tan puteadas se acostumbran —se enfrían— a veces se pasman… Cambian de ambiente o con el tiempo se trastocan al diametralizarse la semántica de su sentido o el cómo ahora las perciben.

Las palabras —fúgicos entes inmateriales— actúan, se mueven casi como seres vivos que duran nada. No en balde, la Palabra (Cristo) es el cero de donde brota la vida, esa otra especie de círculo vacío que lo constriñe todo, llenándolo de una nada eterna que no se mueve… que sentada allí donde está en la inmovilidad, no muta, siendo lo que ES.-

Chane García.
@ChaneGarcia

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