Hay un lugar donde van a morir los libros,
los que se dejan de leer o nunca se han leído,
permanecen atrapados en la tumba del olvido
en innumerables estanterías que semejan nichos,
sienten la indiferencia, la soledad y el abandono
mientras los lectores persiguen los superventas.
Permanecen en un mundo silencioso y triste,
donde no se escuchan las risas de los niños,
viven atrapados entre polvo e indiferencia
y sus personajes envejecen entre hojas de papel,
que poco a poco van empezando a amarillear
mientras su blanca celulosa se va entristeciendo.
Es penoso caminar sin rumbo por su espacio,
ajenos a su soledad y al desamparo de sus letras,
ahora que el mundo se vive en las redes sociales
y la gente es feliz recibiendo likes y haciendo memes,
mientras, la cultura se desvanece imperturbable,
en un cementerio de libros olvidados en Barcelona.
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