Lo desconocido el olvido lo hace amargo,
todos los caminos cada vez más largos
convergiendo ante una imagen,
el caos de laberintos en mi mente que subyace
al margen del idilio
en que naufragar es ya salvarse,
la paz que a esto lleve:
para eso será tarde.
Un movimiento allá tan leve
me confirma su nostalgia,
su ambición suprema puede molestarme algunas veces
y si incluso llega a contrastarse lo parece
como es que esto sea gracia angelical,
una sonrisa asegurada
mañana al madrugar
a un nuevo mundo inaugurado al paso del que va.
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