Me invitas a un café
y te pido un cajón de tu mesilla,
te asombras y tiemblas
y dejas la respuesta en el aire.
Me dices un azucarillo o dos
para endulzar el néctar de la cafeína,
pero lo que tus labios no cuentan
es que quieres besarme.
Me ofreces unas galletitas
para dar acompañamiento al liquido,
lo que tus ojos me ofrecen
es hacer el amor conmigo.
9 Me gusta
Muy sensual, con un lenguaje muy intenso, poeta!!!
1 me gusta
Interesante diálogo, tantas veces ocurrido
saludos cordiales
1 me gusta