Me dejas usarte sabiendo
que en realidad te necesito.
Y nos tomamos a la ligera el tiempo
como un trago de aguardiente.
Ese beso nos cortó por la mitad…
Yo estoy en mi lado azul y tú
no tienes cómo abrazarme.
Pero somos un verso a dos manos,
una palabra detrás de la otra
formando un todo, la misma humanidad
frente al mismo acertijo.
No quiero perderte si digo que te quiero.
No quiero pertenecerte y dejar de ser yo.
¿Qué tal si intentamos existir
en cualquier espacio del corazón?