El baile de despedida

La cocina olía a despedida.

A amor.

A ansiedad de amar sin descanso y sin prisas, pero con la contrariedad del “adiós” que está llamando a la puerta.

Y bailamos…

Segundos donde la melodía y tu perfume se encontraban.

Y quiero parar el reloj, que mueve las cuerdas para nosotros.

Detener el tiempo, sin detener el baile.

No quiero que sueltes mi cintura.

Deja que mis brazos te hagan mi prisionero, solo por un instante…

Aprieta fuerte mis manos.

Y regalame un beso de los que acarician.

De los que saben como el primer día.

Hoy la cocina olía a despedida.

Pero que sepa el “adiós” que otro baile con otros besos nos esperan.

Aquí…

O en otro lugar, quizás.

Quién sabe…

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Me entristeció el poema porqué no todo adiós es programado ni voluntario, y ese olor en la cocina sugiere la sinestecia del asunto. Aplausos.

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Es un poema que surgió de un momento real, que estaba pasando en ese instante. Mi marido tuvo que irse fuera a trabajar y ésto pasó un día antes de volver a irse después de unas cortas vacaciones en casa. A día de hoy ya estamos juntos en ese lugar lejano a donde se fué y a día de hoy podemos bailar todos los días en nuestra nueva cocina :heart:. Gracias @ludico1964 por leer mis humildes letras.

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Qué precioso poema… tiene cierta tristura pero a su vez, mucho sentimiento. Transmite mucho y emociona.

Abrazo!

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@Pequenho_Ze muchísimas gracias!! :relaxed::heart:

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