“Hazme una cruz sencilla, carpintero…,
sin añadidos ni ornamentos,
que se vean desnudos los maderos,
desnudos y decididamente rectos:
los brazos en abrazo hacia la tierra,
el astil disparándose a los cielos”.
(León Felipe. “Hazme una cruz sencilla, carpintero”)
Ayer fui encina umbrosa y placentera
que remediaba mansa tu fatiga,
mas hoy mi sombra tu dolor fustiga
y mi perfil te muerde, mal que quiera.
¿Por qué de mi vigor hicieron viga
abriéndome estos brazos de madera,
donde te acoges Tú de tal manera
que encuentra salvación quien te castiga?
Por más que yo reniegue de la hora
que hizo de mí una cruz encanallada,
Tú sales en mi busca sin demora,
y tus llagas me dejan tachonada
por rubíes de sangre redentora,
y en árbol de la Vida transformada.
Referencia al Evangelio:
“Tomaron, pues, a Jesús; y él, con la cruz a cuestas, salió hacia el lugar llamado de la Calavera, en hebreo Gólgota”. (Jn. 19, 16-17)
Detalle de “El mural de la Pasión”. Óleo sobre tabla. Nieves Luengo 2009