El Ángel Negro

Veo llegar el ocaso
durante el sueño y
todo es oscuro.
Amo la vida y la embriago
de todo lo vivido.
¿Y la muerte?
Que espere al día de mi
agitación suprema,
la sequía de los labios, la agonía.
Sé que piensa desplazarme
con su canción hacia
una región oculta,
en la cual el dolor desaparece
con la calma del silencio.
Los huesos congelados
llegarán a las estrellas,
allá verán otro cielo,
otro horizonte.
Cuando en la vida se da
esa perspectiva esta adquiere
una intimidad que se
mezcla con las sombras,
se deja de estar tranquilo,
sin hablar, incluyendo el
corazón apagado en las horas
restantes del tránsito en la tierra.
La plenitud se reduce a la
promesa de la visita
del Ángel Negro,
que me llevará lejos
después que
haya elegido desear el viaje.
Y al tiempo todo el juego
del sueño sin sueños,
¿cuánto cuesta lo pasado?
Pensamiento desesperado.
La tierra a lo lejos
la entrevemos al fin cerrada,
diciendo que se debe
dormir para siempre,
límite final de las esperanzas.

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