Ausentes,
la luz se cuelga en una rendija
con tanta facilidad que parece sencillo.
Y lo es.
Claroscuros,
tapamos todas las rendijas
para que no salga la luz.
No lo logramos.
Que alivio
el saber que somos presentes.
No es fácil ser tiro al blanco
tragar sapos,
hasta que se sacie el odio
que ni siquiera es odio.
Solo irá incontrolable,
esa que golpea y sabe a fuego.
Es más fácil gritar a quien sabes
que no te va a dinamitar el puente.
De todas maneras pierdes,
está implícita la derrota
en el poder de la humillación.
Poder,
amas el poder maltratador
de sentirse poderoso.
Mejor come un chocolate
y date un abrazo
que sentir que no mereces atención.
Sabotaje,
solo basta con poner
pequeños pedazos de madera
en las ruedas para salir del fango.
Peso no lo haces.
No estaré para siempre,
las palomas en esta primavera
no regresaron.
Ninguna que nació en la azotea,
ya no hay nido,
tampoco poyuelos
que tapen las coladeras
cuando lleguen las lluvias.
Nada es eterno,
no todo se resuelve,
no puedo con todo.
La soledad es cruel
cuando a la lógica
le falta compartir un poco de empatía.
Ausentes,
nunca estuvimos ausentes,
tampoco nunca estuviste sin nadie.
Fuimos nosotros,
siempre fuimos nosotros los que amamos,
los que te aman.
El amor es de dos.
Mute.
Photographize.