Agua que arrastra la espuma
que cubre la ropa.
Manos que frotan y frotan
sobre una losa fría,
esa camisa rota
tantas veces zurcida.
Por esas mismas manos
pasa la misma ropa.
—¡Se nos casa la Aurora!,
la del boticario,
la de la ropa que lavo.
—Yo solo lavo ésta,
la de mi Antonio,
nuestros hijos ya marcharon.
—Por ahí viene la Ambrosia
con sus enaguas,
viuda y sola se ha quedado.
Ropas que narran la vida
de tantas manos.
Circulando va el agua,
hoy sin espuma,
ya no hay manos frotando
camisa alguna.
Solo se escucha el eco
de aquel recuerdo.
¡Cuántas manos lavando
y aclarando sueños!
Hermosa metáfora es todo tu poema. Un gusto leerte.
“—¡Se nos casa la Aurora!,
la del boticario,
la de la ropa que lavo.
—Yo solo lavo ésta,
la de mi Antonio,
nuestros hijos ya marcharon.
—Por ahí viene la Ambrosia
con sus enaguas,
viuda y sola se ha quedado.
Ropas que narran la vida
de tantas manos.”
Hermoso poema, reminiscencias de un mundo que quedó atrás con el agua del tiempo.
En un pueblecito de la Sierra de Aracena, Linares de la Sierra, que frecuento, hay una fuente, un pilar para abrevar el ganado y un precioso lavadero circular adonde las vecinas iban a lavar, sitio de reunión , de charla…como has reflejado tan bien.
Saludos, José Antonio.
Te pongo foto del mismo…
Que detalle María, le has dado la luz que le faltaba a este poema.
Intenté mandar la foto del lavadero en el que me inspiré para este poema, que es de un pueblecito de la sierra de Madrid llamado la Hiruela.
No lo conseguí, al igual que no he conseguido poner mi foto en el perfil, ni destacar esos versos que me impactan de un poema al mandar un comentario. En fin, soy un negado en las nuevas tecnologías, os pediré ayuda.
Me reitero en darte las gracias. Es un bonito regalo a este poema.
Un abrazo
Es un poema hermoso que evoca tiempos pasados, en mi país las mujeres de los pueblos se reunían a la orilla del río y allí contra las piedras lavaban la ropa, charlaban y lavaban sus penas, era un ameno lugar de encuentros y deshago. El lugar de reunión de las amigas.
Me encantó tu poema porque me recordó esas historias de Venezuela. Te envío un abrazo con mi agradecimiento por el tema
Agradecido por tus comentarios varimar. Me alegro haberte conducido a ese tiempo pasado que a cualquiera, que a día de hoy, nos acercamos a ese lavadero, nos traslada a esos nostálgicos recuerdos.
Un abrazo
Gracias a ti, José Antonio. Todavía, como has entrado recientemente, no tendrás permiso para subir fotos.
Lo tendrás cuando tengas más poemas publicados, eso es el “nivel de confianza”.
Para lo de la foto de perfil, te mando instrucciones en mensaje privado, Soy una de las coordinadoras de la Comunidad y estamos aquí para ayudaros en lo que necesitéis.
Saludos de nuevo, compañero.
Muchísimas gracias Celia por tu comentario, efectivamente, en aquellos lavaderos no solo era cuestión de lavar, aparte era vivir y sobrevivir.
Un abrazo
Qué hermoso poema, José Antonio.
Y qué recuerdos de cuando era niña. Así era, tal como lo has reflejado, un lugar de encuentro y charla donde además se lavaba la ropa.
Aplausos