Luna y Sol pletóricos de pasión,
de noche el Sol se mecía en su creciente
perdiéndose entre el ébano de sus cabellos.
¡Oh mi Luna acerada¡ pero nada es para siempre
artera traición oscureció su níveo corazón
anillo de fuego de una traición nació.
Nunca más sería Luna llena ! huyó !
y se confinó al más distante agujero negro
como cervatillo inocente esperando su muerte.
¡Abatida¡ a las miles de estrellas su pena contó,
entre las constelaciones el rostro de su Sol dibujó
!Oh mi Luna marchita de tristeza y agonía!
No te aflijas mi Luna
olvida poco a poco a ese Sol traicionero,
lucero artero y pendenciero.
Sana tus heridas, allá en el profundo cielo,
deja que los comentas y su destello,
resplandezcan intenso en el centro de tu fuego.
Quizás, en lo profundo de los tiempos, en alguna alborada,
luego de tantos años luz y días siderales,
tu aura vuelva a cintilar en intenso amarillo,
con algún astro del alba nueva,
que en alguna lejana galaxia te descubra y te ame,
y que en sus senderos estelares, reverdezca tu amor y tu brillo.
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Poesía de Alejandro Cárdenas con @Selene.Arte