Echarme flores

Sin conocer muy bien los menoscabos,
nada existe que calme mi inquietud,
si escabullendo al diablo su virtud
poco me importarán los toros bravos.

Porque teniendo bien fijos los cabos
no sabe de congojas mi actitud,
exigiendo esperanza y pulcritud
por sacarle a la vida unos centavos.

Y como evito hablar sobre lo ajeno,
mucho me cuido yo de echarme flores
donde dardos me echasen a la cara,

cuando por compartir un rato ameno
a los colegas rindo mis honores
tal que con todos a la vez hablara.

2 Me gusta