Duerme la noche

Duerme la noche a mi lado
toca mi costado y suspira
fácil y tierna, como una almohada de plumas.
Y el poema no se escribe
no se deja.
Guarda un silencio de nana
en un candil apagado
por la brisa nocturna.
No hay luna ni estrellas
todo es tan sencillo como el mismo sueño.
El poema lo escribe la mirada
cauta y recelosa.
Es hermosa esta noche que nada pide
que no roza la carne
que no exige caricias ni susurra frases sugerentes.
No se compromete.
Se irá antes de amanecer, sin decirme nada
sin una promesa,
sin un beso.
Nos habremos acariciado sin caricias
hablado sin palabras
el amor habrá pasado entre nosotras
cual ángel mal educado
sin un saludo
sin un guiño cómplice.
Y yo, habré podido dormir con ella
sin ser más ni menos
sin buscar una razón
sin medir la lógica de un sentimiento poético.

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