Se descubrió de sombrero,
le abrió las puertas al alma,
dejó partir su lucero.
.
Y se cubrió de sombrero,
y el viento ejerció de viento,
y el sombrero de sombrero.
Ayyy… transmite dolor y duelo este poema en verdad, bellamente logrado.
Un duelo, amigo José Antonio, que por efectos del viento, aunque se haya ido el sombrero…, estará perdido o ya en otra cabeza, pero seguirá siendo sombrero.
Yo no lo tengo, pero me lo quito y con el en mano, en una reverencia: Te felicito.
Me gustó mucho el poema.
Abrazo
Muchas gracias María, es esa soledad a la que nos arrimamos, para reconstruirnos, para volver a coger el timón de nuestra vida cuando sufrimos un gran pérdida.
Que disfrutes de un buen domingo.
Un abrazo.
Efectivamente Sinmi, ese sombrero representa el tiempo en el que nos aislamos hasta conseguir asumir una gran pérdida, restablecernos de las heridas que nos causó dicha pérdida, y poder al fin reconducir nuestra vida.
Encantado de recibir tus comentarios.
Saludos cordiales.