Dos tranquilos que se saben mutuos

Dos tranquilos que se saben mutuos pues, tras mirarse en los pupílicos, se han reconocido el uno en el otro.

Entenderse sin mediar palabras… Hay algo aquí de premonición antelada que es como una alarma de instintos… llegar con el café oportuno al conocer los gustos.

Luego, la firma de un contrato tácito, anillos endedados… amigos que se amantan.

Sedimentación: una tranquilidad incertidumbrada… En casa, remanso de una paz beligerante.

Si acaso hubo una pasión cimarrona —que aquí no la veo— ésta, quedó asilvestrada más allá de los gruesos del muro.

Dos tranquilos enemigados que se conocen más de lo que quisieran, en el ejercicio feroz de la potencia.-

Chane García.
@ChaneGarcia.

Imagen tomada de la cuenta de Fernando de la Cierva - @Dontorrino (son: él y su esposa).

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Saberse, reconocerse, mutuamente… un idealismo romántico !!

Genial prosa.

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