Dopado por la tristeza

Rehago mi corazón
sobre una calle sin nombre,
soy el recuerdo de un hombre
que ha perdido la razón
El tiempo huele a canción
lejana, a trazo de ausencia.
Entretejo la demencia
sin certidumbre al final.
Odio la crisis mundial
que encarcela mi inocencia.

Me dopo con la tristeza.
Me acuno de soledades.
Distribuyo mis mitades
aunque a nadie le interesa.
Ahora que la lluvia estresa
los gorriones del tejado,
las guitarras del pasado
estrenan otra función.
Remiendo este corazón
a expensas de lo soñado.

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Muy bueno tu poema, compañero!:rose::rose:
Saludos, Agustín!