Su idioma era la poesía, pero nadie podía entenderla.
Ella estaba completa, entre tantos que estaban a medias.
Ella era mucha poesía, en un mundo donde no sabía leerla.
Ella era mucho amor, en un mundo de corazones rotos.
Ella era mucha belleza, en un jardín sin rosas.
Ella era mucha felicidad, en un mundo que nadaba en lágrimas.
Ella era mucha primavera, en un mundo de invierno eterno.
En fin.
Ella era mucho arte, en un mundo sin museos.
1:30 a.m