nada cambiará si dejas la cama mañana temprano
te dirá buenos días
el mismo espejo salpicado de crema de dientes
y
le harás un par de manchas más
no será francés el pan de tu desayuno,
si tienes uno.
no te elevarán las huestes celestiales
ni te llevará en andas una multitud
agradecida porque has decidido dejar
el calor y la quietud
de la horizontalidad
de la cama
no habrá un “Eye of the Tiger”
si te ejercitas
nadie notará que usas tu mejor vestido
que hueles mejor que ayer
que tratas de participar en la conversación
se reirán porque hablas poco
se reirán si dices demasiado
se reirán ante tu triste intento
de recuperar la elocuencia
que un día hizo las maletas
no habrá plano secuencia con cámara al hombro
de tu carga victoriosa hacia los pilares de informes
de mails desatendidos
de almuerzos demasiado caros
de conversaciones incómodas
por teléfonos negros con voces frías
que preguntan por una clave
que no venía en tu guión
esta no es
la historia de como vences,
es la fábula sin moraleja
sobre la forma en la que dejas
la cama medio hecha
hacia una vida hecha y derecha
Firma en la línea, por favor.