Dolías más que una espina,
más que echarle sal a la herida,
e incluso más que un corte con papel.
Dolías “mazo” que dicen los madrileños,
“Too much” en inglés,
“massa” en catalán.
Dolías como cuando estás apunto de llegar y te caes,
como cuando te cierran las puertas del tren en la cara
y como cuando en las entrevistas te dicen " te llamaremos".
Dolías más que todo eso
y te amé,
me aferré a ti con mi piel,
con mi consciencia inocente
y tú te burlabas de mí siempre que te entregaba mi corazón.
Dolías mucho porque sonreías sin temor,
porque eras perfecto,
o eso creía yo.
Dolías porque las paredes eran rosas
y no leí el cartel de “alta toxicidad”,
incluso leyéndolo abrí la puerta con mi sonrisa de estúpida.
Cuando me intoxiqué
no veía la salida,
se habían pintado de negro todas las paredes
y ya solo quedaban carteles de
“te lo dije”.
