Doble sentido

Temprano me levanté, en las horas que el viento
hondean las oraciones, en el Himalaya.

Con los muertos en sus mesas los carroñeros comen
elevando sus espíritus a lo más alto del cielo.

Ramas de rosas clorofilazas y el rojo de sangre derramada en un charco sin fondo.

Esplendores de emperadores sin nada, saliendo de las sombras y luz a la vez, medio dolor sin causas.

En las noches del tiempo, coloreado de negro azulado en las fuentes del alba.

Corre el caracol en las autopistas de hierros, deslizándose con las cuerdas de sedas, vigía en la noche el grillo canta.

Volar más bajo, tan alto el sol quema las pestañas, y las sombras del monte cae resbaladose al agujero de la risa.

Ámame solo para sentirte bien, que yo soy ese rió de puré,
de sal, piedras, y sin cuchara.

Doble sentido, sentido sin tí.

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