¡Dispara!

Qué negra es nuestra tierra para un hombre
que ha regado el acanto y el laurel
con la sangre y el hambre en nuestro nombre,
¡qué negra es nuestra tierra para él…!

¡Arrastra el arma… eleva tu renombre!
Y echa el sombrero, el puro y el corcel
si negra es nuestra tierra para un hombre
que ha regado el acanto y el laurel…

Ven, revólver en mano… ven, hermano,
¡y escarba con las uñas, y dispara
con el brazo valiente al almirante…!

Al diablo con bombín, feliz y anciano…
¡cata el glorioso pánico en su cara
y que lloren sus madres, comandante!

5 Me gusta