No hay camino que aguante ya mi paso
doy respiro a mis pies desfallecidos,
he clavado mis brazos abatidos
en la cruz que refugia mi fracaso.
Me adentré sin vergüenza en el ocaso
donde habitan los dioses presumidos
que huyeron como viles forajidos
mudándose del cielo al gran parnaso.
¿Y si digo que todo es un engaño?
¿creerán si confieso la verdad?
mi rigor no pretende causar daño.
Procurando evitar la vanidad
puede ser que consiga en mi peldaño,
demostrar sin pudor mi identidad.
Águeda Molina 2023