Dios está enfermo,
Su quejido atormenta
mi llanto.
Dios está ausente
Sus ojos buscan
mi rezo.
Ya no hay cúpulas
en el horizonte,
ni besos con desembocadura.
Ya no hay fábulas
intermitentes.
que se empeñen en ilustrar
el origen de las masas.
Dios está enfermo
su quejido es una barbacoa,
Dios está ausente
sus manos quieren
llenarse de lamentos.
Ni los frutos de los árboles
ni la tierra prometida,
hacen patria
a mis plegarias;
He escuchado el fuego hablar
y su prosa me cautiva.
Quiero verter mi sanidad
en un recipiente oscuro
y morir, vivir, volver a morir
mientras cumplo mi ciclo;
La mañana trae el perdón
y yo me niego a recibirlo…
Ya he visto el mundo caer,
doblarse y rodar en círculos,
Dios está enfermo
he escuchado su quejido,
alucino con su luz
pero el fuego es mi amigo.
Caí al abismo,
su magnetismo es trasparente,
yace el agua en mis pies
y camino como una serpiente,
Dios está enfermo
escucho su quejido.
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Qué bello tu poema!!!
"Ya he visto el mundo caer,
doblarse y rodar en círculos,
Dios está enfermo
he escuchado su quejido,
alucino con su luz
pero el fuego es mi amigo.
Caí al abismo,
su magnetismo es trasparente,
yace el agua en mis pies
y camino como una serpiente,
Dios está enfermo
escucho su quejido."
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Muchas gracias querida Lucia, es todo un halago que te haya gustado.
Recibe un afectuoso saludo 
Inquietante poema, donde se contraponen, los quejidos de Dios enfermo, que atormentan; con el fuego y el recipiente oscuro, que cautivan.
Por otra parte, el tema de la enfermedad de Dios me hizo acordar, a un poema de César Vallejo, “ESPERGESIA”, donde Vallejo escribe, “Yo nací un día que Dios estuvo enfermo.”
Me gustó leerte @jessiamari.
Saludos.
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Muchas gracias por tu gentil comentario. Me alegra que te haya gustado y generado tantas cosas.
No recordaba que César Vallejo había escrito algo así. ¡Gracias por recordármelo!
Un gran saludo para ti.
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¡Gracias Nora! Un gran abrazo.