Y observa tu copa a medio terminar.
Abraza tus miedos que corren sobre tu cuerpo,
pálido propósito,
el cuerpo.
Dios te ofrece agua natural,
no te refresca,
pero sabe a refrán.
Unas pocas palabras en verso
que elevan tu garganta,
acabas la copa
y te vas, has aprendido a llegar.
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