Dime, joven Valkiria

Una niebla rojiza abarcaba todo lo que los ojos de Viggo podían alcanzar, cegándolo cada vez más y más. Debía resistir, pues todavía no había llegado su momento.
El choque de las armas, resonaba por todo el campo de batalla al compás de escudos rotos, espadas olvidadas por manos inertes, y cuerpos asaetados por una lluvia de hierro silbante.
Gritos, dolor y muerte donde reside la furia. Silencio, donde las viudas lamentan.
Viggo continuaba, espada en alto, peleando con valor y acabando con sus oponentes mientras la vida se le apagaba. Una profunda herida en el costado lo confirmaba. El final estaba cerca.
Ese bastardo sabía manejar con destreza el acero, pensó.

En pie, y tambaleándose por el esfuerzo, agotado, y con la mirada perdida en el horizonte, sucumbió al acero de su último oponente. Haciendo acopio de todas las últimas fuerzas que le quedaban, alzó la mirada al cielo, y allí, como destello que emerge de las primeras luces del amanecer, por fin la vio. Te estaba esperando.
Una hermosa y fiera guerrera, iluminada por un cegador halo de luz, estaba de pie a su lado. No dijo nada. Se agachó hasta la altura del bravo guerrero y le acarició la mejilla. Viggo noto el calor de su cuerpo y se aferró a él.

-Dime, joven valkiria, si he sido digno de tu abrazo. Si en los salones de Valhalla se conocerá mi nombre, y si un lugar entre mis ancestros me aguarda.

-A eso he venido, mi querido Viggo. Ahora, cierra los ojos y acompáñame. No tengas miedo, pues tu valor se ha ganado un lugar junto a los dioses.

Ya no quedaba nada en la Tierra. Todo había acabado. El cuerpo de Viggo sería honrado por los vivos. Recordado por generaciones sería su nombre. Su alma, ahora descansaba junto a sus antepasados, festejando con los dioses en los dorados salones.
¿Qué más honor podría haber ganado?

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Bien narrado, gracias por compartirlo! :clap: :clap:

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Gracias a ti por leerme.
Un placer compañero.
Saludos