Digo

Digo… “mesa”
transmito tambaleo,
digo… “silla” o…“espejo”
y es cansancio
-o tal vez-
que no me quiero,
pues temo más que a nada
el íntimo propósito
que vive en el objeto
e ingrávido palpita
como la vida en huevo.

Prosaico es el destino
de ese columpio artero
alírico e intruso
que me induce
ladino al balanceo,
sutil mi cuerpo aleve
pendiente del madero
premisas son las cuerdas
de un silogismo ciego.

Digo… “sábanas”,
digo… “revueltas”
digo… “cuerpo”
y a fuego lento horneo
un cerdito monedero
para pagar usados
como si fueran nuevos
todos los platos rotos,
gastados…
del deseo.

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Que lindo !!! Precioso !!

Veo la apatía y desgana de una monotonía gastada…quizá no sea esto pero es lo que sentí al leer.

Un placer siempre perderme en tus versos .

Un beso :kissing_heart:

Te agradezco tus palabras Horten,el placer es siempre mio.En estos pensamientos he querido más que otra cosa poner de relevancia la importancia de los objetos que cotidianamente usamos, a menudo sin caer en la cuenta(ya que son actos espontáneos)del mensaje que nuestra relación con ellos puede transmitir a los demás.Un poco como un juego de carnificación de la materia y vincularla con el estado anímico.

Un beso para ti ;-)**

1 me gusta

Pues a mí, ese revuelto de cotidianidad me encantó, Carmina!
Qué buen final!
Abrazo, compañera.

Muy bonito. Saludos poéticos.

Muy bonito y bienvenida.
Saludos.