y de pronto
me sorprenden
los raíles oxidados de unas vías
en ruta hacia ninguna parte
así que agarro al vuelo
un vagón que pasa lento
un viejo y acogedor vagón
de madera vieja, lenta y resinosa
mientras la tierra insiste en ser fértil
y hace crecer la hierba en las traviesas
y las hormigas crean hileras interminables
y bailan breakdance en su afterhour continuo
y el tren coquetea con descarrilar suavemente
en cada curva antigua que lo adentra en el tiempo.
Soplo un diente de león
y tu sonrisa es la semilla
que se esparce.