El águila es —¿cruel?— implacable, matando a su víctima;
pero extremadamente tierna al alimentar a su hijo.
La dicotomía de una hermosa peligrosadura en vuelo.
¿Habrá maldad en su acto de matar?
¿Sentirá amor en su maternal desvelo?
¿O todo se reduce al código marcado por las hormonas?
¿Sólo marionetas movidas por los hilos del instinto?
Chane García.
…
Interesante escrito, compañero. Un gusto verte en este nuevo capítulo de Poémame. ¡Saludos! 
Preguntas existenciales
Mucho se discute inclusive si el ser humano posee verdadero libre albedrío, o somos simplemente, como dices, marionetas y esclavos de nuestras pasiones y bajos instintos, marcados y determinados de antemano en nuestra programación genética. Y vivimos bajo una elaborada ilusión de ser libres.
Saludos amigo poeta.