Días tristes en los que los recuerdos aplastan la memoria.
Traigo los párpados empañados por la melancolía de las despedidas, y los bolsillos llenos de sueños rotos. Quedó tanto por dar, construir y aprender del otro.
Me siento oprimida por el eco de mis propios pasos que recorren una casa desolada. El aire que se respira es asfixiante.
Atrás quedó el entusiasmo por pintar las puertas y ventanas que decorarían un hogar feliz.
Debo estar volviéndome loca porque escucho el susurro de tu voz llamándome.
Busco en el cielo tu mirada, pero el cielo se ha vuelto gris también.
Tenías razón, esto sí que es difícil: duelar la ilusión que no fue.-
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Un final bastante duro y doloroso… Buen trabajo, poeta.
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Qué maravilla! Y sé que no es hablar por hablar.
Un saludo
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Una expresión conmovedora de la angustia de una despedida no resuelta.
Letras en las que vas atrapando la tristeza de un amor que no llegó a florecer.
Me siento oprimida por el eco de mis propios pasos que recorren una casa desolada. El aire que se respira es asfixiante.
Atrás quedó el entusiasmo por pintar las puertas y ventanas que decorarían un hogar feliz.
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Me encantó.
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Todo se proyecta en el paisaje cuando solo nos queda el recuerdo. Bellísimo poema. Felicidades
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Hermoso, muchas gracias.
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