Día lluvioso.
No está donde solía
el caracol.
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El desorden de estos últimos tiempos, nos recuerdan que en realidad, la constancia no es una característica de nuestras vidas. El universo es caos. Y lo estamos comprobando con nuestros egos malheridos…no sé si he reflexionado demasiado. Pero lo que me aporta este haiku es precisamente esto. Nada está donde solía, a pesar de la “lluvia”.
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Precioso Haiku, me gustan los días lluviosos y los caracoles. Una preciosa estampa.
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¡Guaooo! ¡Ingeniosamente bello! Los micropoemas te exigen eso: que busques los pensamientos justos, palabras ‘quirúrgicadas’ que encajen a pelo en esa pequeña sílabaridad que esa plantilla te pide.
¡Muy bueno!
…
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Meridiana reflexión en tan solo diecisiete sílabas. Al igual que el caracol en medio del chaparrón nos hemos quedado un poco descolocados, pero siempre vuelve a salir el sol
Hermoso el haiku, Oscar.
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¡Gracias! Si te soy sincero, al escribirlo no hice otra cosa que intentar expresar la sorpresa (que es la esencia del haiku) de que el caracol no estuviera donde estaba antes.
¿No te ha pasado a veces encontrar un caracol pegado a una pared, que nunca se mueve y que nadie ha visto llegar allí? 
Lo que más me gusta del haiku es cómo en la observación de pequeños detalles se despliega la grandeza del mundo, de la vida.
Es maravilloso que de esta sencilla observación hayas visto el paralelismo con el desorden actual, que a mí me había pasado inadvertido. Cómo de repente llega la lluvia y todo cambia de lugar.
Muchas gracias por tu comentario y por hacerme pensar sobre el poema.
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Gracias, Vate. Como le comentaba a @BeaVe no había ninguna segunda intención detrás de la observación del haiku. Me encanta que le hayáis descubierto una trascendencia que yo no había visto.
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¡Gracias! No es fácil, pero a veces suena la flauta y sale un buen poema.
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