Día a día

A estas horas llama el trabajo
o su ausencia,
y desata pequeñas rebeldías,
algunas en coche, otras en casa,
en oficinas y talleres,
la mayoría sin papeles ni estima;
y ya sabemos
que no se puede luchar por la anarquía,
por esa libertad
de organizarse para vivir
y sentirse a uno mismo
sin más orden que el de la naturaleza,
la lucha es contra toda autoridad
y su opresión;
y vendrá cuando el mundo quiera,
o no vendrá,
no puede ser impuesta;
quien sueña con ella,
cada persona a su manera,
y la guarda en el corazón,
deja cada día una palabra
o una acción que no juzgamos,
que viene de muy lejos,
de otros compañeros y compañeras,
que pasa por nosotros
y se repetirá en otros cuerpos
hasta el fin de los días;
sabiendo que no agradamos,
que nadie escucha, o quizá sí,
pero no importa,
no es ese nuestro anhelo.
Yo hoy decido expresarme en esto.

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Siempre tendremos la anarquía de nuestras palabras, esa rebeldía que nos impulsa a escribir.
Muy buenas reflexiones en tu poema, compi.

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Esas que son únicas en cada una :heart:

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