Si me pierdo, devuélveme a ella,
sólo con ella soy yo, sin más,
sin tener que fingir ni cambiar,
sin tener que esconder mi verdad.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
es mi amor, ni el primero, ni el único.
Y sí,
hubo más,
antes e incluso durante,
pero ella es el verdaderamente importante.
Si me pierdo, devuélveme a ella;
es mi conexión, mi hilo rojo,
el alma que mi alma reconoce,
la que me enloquece con un roce.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
que mi mente quiere nublarse,
quiere borrar su recuerdo,
quiere quitarme de cuerdo.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
que ya pasó el tiempo perdido
en el que perdí mi tiempo
y ahora que el tiempo me pierde
ella, que estuvo, ha estado, y está siempre
no se irá:
ya no quiere perderme más.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
que me cuenta nuestra historia
con ternura conmovedora
con emoción arrebatadora
para que no olvide ni un detalle
de cuánto me quiso y quiere.
Sólo lo bonito, me cuenta…
sin reproches …
muy atenta…
vehemente …
y yo sé que miente.
Porque aún recuerdo a veces
los momentos pasionales y calientes
cuando hasta cocinar y doblar calcetines
eran planes sobresalientes.
Cualquier momento compartido
era lo mejor que he vivido.
Pero también recuerdo aún vivo,
el dolor por el hijo que no vino
Y cómo sufrió ella cuando me marché.
Y cómo me dolió perderla,
dejarla de ver,
de oler,
de morder.
Y lo triste que fueron los momentos
de eterna distancia,
en los que nos evitábamos,
como dementes,
para no cruzarnos cuando estábamos
del brazo de otras gentes.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
que no quiero olvidarme de nada,
ahora que la vida se me apaga
ahora que mi cabeza amenaza
ser tabla rasa
sólo su voz, olor y tacto
me llevan a casa.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
si me encuentras vivo…
Y si no, ¡llévame inerte!
que no tengo miedo a la muerte
si no a perderme sin ella.
Si me pierdo, devuélveme a ella,
que quiero morirme en su cama
con ella a mi lado desnuda,
mi hermosa dama.
La muerte liberará mi alma,
que es suya,
y correrá a buscarla.
María Serrano