Aún hay razón marchita pudriéndose entre ilusiones y letras. Lo que un día fue anhelo en trazos serenos del alma y vagó entre sendas negras de incertidumbre; de madre y estrella es la lluvia que desata tormento al corazón desierto. Es conjuro de olvido y recuerdo flotando en navío perdido entre trechos de soledades. Un furor volcánico de mar quieto que de repente erupciona y descontrol detrás del cielo amaña y apuñala como penumbras de muerte risueña. ¿Qué se oculta detrás de un cielo acorazado?, si de escudo no hay nube que resguarde corazón desolado de la tormenta
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Grande!
!!!
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Gracias
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¡Bella prosa!.. cuando se trata de tormenta y corazón no hay coraza ni cielo para tanta nostalgia… Gracias Jocelyn.
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Muchísimas gracias por tu bello comentario y por leer
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